viernes, 5 de noviembre de 2010

Enfermo de fumitis y taumaturgias


Me parece que estoy incubando un virus socialdemócrata, porque hoy me he levantado super super trascendental, con ganas de abordar los asuntos más punteros de la actualidad política. De hecho he dejado a un lado mis deberes, mis clases y mis exámenes, a causa de la atribulación en que me sumen ciertos temas de vital importancia, como el orden en que deben disponerse los apellidos tras la identidad del neonato. Está claro que apellidos seguirán habiendo dos, el de la madre y el del padre, uno de ellos terminará a buen seguro en –ez, al igual que los holandeses empiezan por Van y los Irlandeses por O’.  Qué clarividencia, dios mío, me siento político o periodista.  Pues al caso, que eso no cambia, lo que cambia es la supremacía estructural de la que gozaba el apellido paterno frente al materno. Ahora es el propio alfabeto, ciencia de ciencias, quien adjudica al niño un apellido u otro en caso de desavenencias conyugales.  Esto puede conducir a pensar que dentro de un par de generaciones prevalecerán los Abad frente a los Zulategui, como dice Carlos Herrera, que desde su trono de ABC ha utilizaddo el majestuoso espacio de una columna de opinión para criticar tan significativa iniciativa. Carlos Herrera prefiera que los hombres, titanes inseminadores, continúen imponiendo su abolengo frente al de la madre, simple soporte de vida.   Prefiere que las cosas (claro) continúen como hasta ahora, que el hombre permanezca a la cabeza de las familias, en la vanguardia, y la fembra en retaguardia, retirando las heces del frente de batalla.  También el Pepé de Mariano Rajoy se suma a esta opinión, señalando que la modificación abre un “debate innecesario”. Si el debate es innecesario, ¿por qué debates? Acepta la medida, ratifica la decisión con el voto de tu séquito de aplaudidores parlamentarios, porque aunque la iniciativa puede no ser pertinente, parece indudablemente justa.  Como feto que fui creo que biológicamente mi relación con mi madre es más estrecha que la que guardo con cualquier otro ser terrestre, y si esto debe materializarse en algo, que sea en el apellido. 
Pero en el parlamento no se ponen de acuerdo ni para esto.  Son 350 los diputados que allí moran, o penden, como anquilosados frutos de no sé qué ramas ideológicas. Cuando veo ese vegetativo animalario compuesto por 350 almas durmientes se me ocurre una idea: Todos cabrían dentro de un Airbus-380, y sobraría espacio para algún que otro periodista.  Y con suerte se rompe una tuerca o un motorcillo, como le pasó a aquél que sobrevolaba las indias orientales. La gente se sorprende de que el avión más grande del mundo haya tenido una avería. Parece que por ser tan grande hay menos probabilidades de que se escacharre; yo pienso todo lo contrario.  Pero este avión figura como crédito del avance de nuestra sociedad occidental, consecuencia de nuestra imparable carrera hacia la optimización tecnológica. Por eso si a nuestro hijo mecánico se le rompe un motorcillo tenemos flujo de noticias para una semana. Aunque no haya muerto nadie. Las desgracias de occidente son noticia per si, y ya no hacen falta ni muertos para que salga por la tele, basta con una simple magulladura aeronáutica. En otros lugares cuesta mucho más esfuerzo ganarse la entidad de noticia, por ejemplo Pakistán o Indonesia. Hoy han muerto 50 en cada sitio, 50 en Pakistán y 50 en Indonesia, por atentado suicida y erupción volcánica respectivamente. En una frase resumimos los dos problemas, sin saber ni interesarnos por qué un hombre ha decidido inmolarse en una mezquita pakistaní o por qué sigue muriendo gente a causa de un volcán que lleva activo desde octubre.  Si el volcán indonesio hubiero puesto en jaque el tráfico aéreo europeo ya habríamos convenido en informarnos y buscar soluciones.
Nosotros ahora tenemos otros problemas, como el Papa Benedicto, que viene a vernos ante las protestas de numerosos grupos opositores. Desde luego me avergüenza el derroche de dinero que lleva aparajeda su visita de Estado, la movilización social que requiere, el transporte del Papa-móvil y los recursos sanitarios dispuestos en alerta ante cualquier afección pontificia. Desde luego, empero, acoger a una administración anticuada y soez, que siempre estuvo al lado de los regímenes conservadores y además degrada a la mujer de forma persistente no es de recibo en un estado de derecho.  Vale, ok. ¿Y si viniera, por ejemplo, Michelle Obama con sus hijas?   La gente sale a la calle, tras las vallas, para vitorearla y recordarle lo guapa que está, lo contentos que estamos todos de que se aloje en nuestros hoteles de cinco estrellas, de que congregue a las fuerzas de seguridad que pagamos con nuestros impuestos, de ver como se gasta centenares y miles de euros en tiendas de ropa de lujo marbellíes. Este país de mileuristas considera plausible que venga la negrita con sus negritas a restregarnos su opulencia y a bañarse en nuestros mares, en los que hay ya muchos negritos bañándose y muriendo por el triunfo de llegar a vivir pobre en España.  Tanto la millonaria Obama como el millonario Benedicto son producto de un proceso democrático legítimo, soberano y concorde a nuestro sistema de valores socialdemócrata. Pero para criticar a Ratzinger no se necesita pensar tanto como para criticar a Michelle, arguyes lo de la pederastia eclesiástica y con eso ya te crees un verdadero insurgente. Visto lo visto, deduzco que en este país el secreto está en no pensar demasiado.

4 comentarios:

  1. Muy bien dicho Onubita, tu sigue quejándote que lo haces mu bien. Herético :P.
    Para el próximo quiero saber qué opinas sobre el cambio de la Real Academia. ¡Qué chuli! Puedes hacer un apartado en tu blog de sugerencias. Yo siempre voy a sugerirte algo, vale? :D

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  2. Me gustan tus palabras Enrique, desde luego que Ángela tiene razón, se nota el alma herética que llevas dentro. Creo que poco hay que añadir a esta increíble panorámica actual. Estoy totalmente de acuerdo en tus reflexiones y muchas veces me planteo si hay alguna posibilidad de cambio, ¿qué podemos hacer con una sociedad que ve más interesante Salvame Deluxe que....no sé, simplemente meditar en silencio? Eso es lo que hace falta, meditar, porque a este paso no sé si acabaremos siendo nosotros los que tengamos que entrevistar a Belén Esteban por su 50 cumpleaños...

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  3. Aunque es difícil quedarse con algo... me quedo con esto: "Visto lo visto, deduzco que en este país el secreto está en no pensar demasiado". Por eso creo que lo mejor para despertar tu mente y ver las cosas de otra forma es VIAJAR! ;)

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  4. http://www.youtube.com/watch?v=tgoCEUYHXkI

    no me he podido resistir! ;)

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