Antonio Ponce, natural de la Puebla de Guzmán, suele vestir de gala para los actos públicos. Posee un sombrerete gañán de fieltro pardo, varias chaquetas tiesas como espadas, eau de bellota en el sobaco y un jabalí descerrajado a tiros que tiende a sonreír en las fotografías. Carga con la mandíbula en vanguardia, esconde ojos pequeños, advierte el pellejo soconusco y montaraz, deslumbra medallitas de vírgenes, contratos de guirlache en la carpeta y una rara afición por decomisar noticias.
Supe de su existencia una mañana, remota ya, en que tropecé con la fachada del antiguo concesionario de Peugeot en Huelva. Todo estaba como abandonado y una filigrana blanca de pintura en Spray apostaba por conmemorar sus andanzas sobre el escaparate, de suerte en pie, tildándolo de cómitre, de negrero, de explotador y de cacique (acierta quien crea que estos adjetivos no corresponden exactamente a lo observado en dicho escaparate, pero en mi blog no hay lugar para palabrotas, cojones.) Pues no sabía quién era el tipo objeto de tanta ira y más me reconcomía la duda porque por entonces estaba haciendo mis pinitos en un periódico local, y en prensa local uno se entera de todo lo local, y más local que un onubense con un concesionario en el polígono polirrosa no hay, salvo el loro de hamburguesas Uranga, la tiniebla de castañas de Muñoz de Vargas o el exquisito residuo de papelotes en harina que resta de pasar el rato en el Paco Moreno. Con mi cantinela impertinente de joven marxistilla anduve a la redacción la tarde con que se despidió del día aquella mañana de pintadas y palabrotas, solo para pasar teletipos e informarme de las venturas y calamidades de dicho individuo, Antonio Ponce. Esperé hasta que me dieron mi espacio libre, el hueco destinado a las cartas al director (ojo, muchas veces la escriben los principiantes y firman como si fueran ajenos al medio), en cuyo espacio jugaba al periodismo desangrando toda la poesía que le falta a las noticias habituales. No era la primera vez que me censuraban, pero sí la vez en que menos motivos asistieron a la excusa. Mientras estuve allí, no logré criticar ciertas políticas del Recreativo de Huelva (por aquella época me indignaba más que nada que un grupo de neonazis se alojase en el estadio, público, donde bajo la alarmante denominación de “hinchas” daban rienda suelta a su perorata genocida), no logré criticarlo por la relación que une al Recreativo con el Ayuntamiento y a éste con mi ya extinto periódico, tampoco pude escribir nada sobre las fábricas y su desaire de azufre a causa de la publicidad que éstas reservaban en el medio, y nada tampoco sobre la fraudulenta construcción de un mastodonte hotelero dentro de un paraje natural en Punta Umbría, a causa de la buena predisposición con que el señor dueño de hoteles Barceló alojaba en sus instalaciones los círculos de conferencias que solía organizar el medio en que yo escribía. Por cada causa imposible obtuve un argumento de peso, pero cuando indagué acerca de Antonio Ponce y me volqué en rellenar el mísero espacio de la carta al director contra él, un estentóreo “NO” sin más compañía que el gesto reprobatorio del redactor jefe sirvió para que desistiera en el intento. Nadie sabía nada de la Peugeot y aún menos de su cierre y de las pintadas.
Ávido de certezas, me propuse desentrañar las claves del contubernio por mi propia cuenta y tiré del internet, donde la información libre circula esperando ser rescatada. No hallé medios oficiales que hicieran eco de la noticia, pero sí un par de páginas independientes que aseguraban: ¡¡¡¡ QUE SE ENTERE TODA ESPAÑA LO QUE ESTA PASANDO EN LA PEUGEOT DE HUELVAA¡¡¡¡¡¡ APENAS HEMOS SALIO EN LA TELE NI EN LOS PERIODICOS....YA QUE UNO DE LOS SOCIOS (ANTONIO PONCE., PRESIDENTE DE LA F.O.E. DE HUELVA) DE TARTESSOS CAR (PEUGEOT) TIENE MANO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACION Y HA PARADO QUE SALIERA TODO ESTO.......PUES QUE TE ENTERES QUE POR INTERNET NO ME PARA NADIEEEE¡¡¡¡¡¡ QUE SE ENTEREN TODOS LOS QUE DESCONOCIAN NUESTRO PROBLEMAAA......
DESDE HACE CASI 10 MESES QUE TARTESSOS CAR (PEUGEOT) NO ESTA PAGANDO A SUS TRABAJADORES...
LO ESTAMOS PASANDO TODOS MUY MAL, HEMOS ESTADO 9 MESES EN UN ERE Y NOS PROMETIERON QUE CUANDO ESE ERE TERMINARA NOS PAGARIAN LOS ATRASOS....
LA EMPRESA "RECIBIO EL MES DE FEBRERO DEL 2009 UN MILLON Y MEDIO DE EUROS DE LA JUNTA DE ANDALUCIA PARA HACER VIABLE LA EMPRESA" Y EN EL MES DE DICIEMBRE DEL 2009 NOS RETIRAN LA MARCA......Y NOS ENCONTRAMOS TODOS LOS EMPLEADOS SIN FUTURO NINGUNO Y LA EMPRESA CERRADA. ¿QUE HICIERON CON EL DINERO?? A DONDE FUE A PARAR¡¡¡¡¡¡¡ (http://www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=1568911)
DESDE HACE CASI 10 MESES QUE TARTESSOS CAR (PEUGEOT) NO ESTA PAGANDO A SUS TRABAJADORES...
LO ESTAMOS PASANDO TODOS MUY MAL, HEMOS ESTADO 9 MESES EN UN ERE Y NOS PROMETIERON QUE CUANDO ESE ERE TERMINARA NOS PAGARIAN LOS ATRASOS....
LA EMPRESA "RECIBIO EL MES DE FEBRERO DEL 2009 UN MILLON Y MEDIO DE EUROS DE LA JUNTA DE ANDALUCIA PARA HACER VIABLE LA EMPRESA" Y EN EL MES DE DICIEMBRE DEL 2009 NOS RETIRAN LA MARCA......Y NOS ENCONTRAMOS TODOS LOS EMPLEADOS SIN FUTURO NINGUNO Y LA EMPRESA CERRADA. ¿QUE HICIERON CON EL DINERO?? A DONDE FUE A PARAR¡¡¡¡¡¡¡ (http://www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=1568911)
Además de este testimonio, un pdf del sindicato unitario que por entonces operaba con los trabajadores cuenta cómo, al margen del convenio, la empresa introdujo una camarilla de jefes que se dedicó a liquidar las subvenciones obtenidas en “bares, restaurantes y salas de fiesta”, alegando luego la bancarrota. Todo un ejemplo de mala, nefasta, praxis empresarial.
Por no hallar más evidencias que las dos citadas dejé el caso, amén de no encontrar lugar alguno en que publicar mis pesquisas. No obstante continué acudiendo al periódico, donde nunca cobré ni pretendí (a cambio de tener libertad de horarios sacrifiqué el mísero de sueldo de becario que se me prometía). Usualmente se daba un ambiente precioso en la redacción, pero hacía un tiempo que detectaba cierta hostilidad general que no comprendía. Era que todo se estaba yendo al traste. Un día cualquiera, a las seis de la tarde, el redactor jefe me interrumpió
- Enrique, vamos a hacer un paro, no tienes porque participar, pero si quieres venir estamos en la puerta
- ¿Lo qué?
- Estás atontado hijo mío, qué alegría, te digo que estamos en huelga desde hace un mes, a las seis bajamos a la puerta y paramos de trabajar durante cinco minutos, llevamos este folio- (depositó sobre mi mesa un papelajo recién impreso “No al cierre de la empresa”, en capitulares gordas y negritas)
- Claro, claro, bajo con ustedes.
Por entonces me enseñaban en la facultad la teoría de los “gatekeepers” o guardianes de la verdad, que venía a decir que los periodistas somos los Carontes entre la Estigia político-económica y la sociedad, el nexo que vincula a los dominantes y a los dominados a través de prensa, los heraldos de la libertad. Aquella ideaza daba con sus fauces contra el suelo cuando miraba a mi redactor jefe, de natural soberbio, grande e incorruptible, domador de planillos y fumador de winston, cuya voz tan solo era ya digna del folio anónimo y de los cinco minutos de guerra por la tarde. Lo abordé:
-¿por qué estamos en huelga?
- Tú por nada, nosotros porque no nos pagan desde hace seis meses, y ni tengo dinero yo, ni le puedo dar nada a los becarios que cobran y me llaman todos los días. Y parece que no les quiero pagar, pero no es cosa mía, yo llevo también seis meses sin cobrar y tengo familia, se me cae la cara de vergüenza cuando me llaman, en serio…
-¿Seis meses? ¿Y por qué no sacas mañana en portada “estamos en huelga, no nos pagan desde hace seis meses”?
-Jajajaja, qué atontado estás hijo de mi vida, qué alegría
Y todos subimos al fin, como impelidos por no sé qué campanas silenciosas.
Fueron pocas las tardes en que bajé con ellos a hacer la huelga porque mi etapa en el medio tocó a su fin y volví a Sevilla. Ya en Sevilla me enteré subrepticiamente del cierre de mi periódico, e imaginé, no sin nostalgia, cómo desmantelarían el olor a colonia de mi compañera, cómo lo harían para incautar el humo de winston del descansillo o de qué manera conseguirían instalar el silencio de los desahucios en aquel local vocinglero y frenético. Seguro que fue mucho más fácil vaciarlo de ordenadores que privarlo de toda la vida que acogieron sus paredes. Difícil o fácil, el local quedó huero y sus trabajadores, mis antiguos compañeros, repartidos entre las colas del Inem o gabinetes de comunicación de empresas subsidiarias. Fue una lástima, pero no se despidieron sin luchar. Al margen de los conatos de huelga pentaminutales de cada tarde, me enteré de que entablaron litigio con la empresa acreedora, porque el retraso de seis nóminas fue tan solo el culmen de dos años de retrasos en los pagos. Ante tal situación, mis compañeros se vieron obligados a acudir a los tribunales y justo en ese momento los jefes de la empresa editora, “Publicaciones de Huelva S.A” , desaparecieron del mapa, obviando incluso presentarse al acto de conciliación acaecido en el Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación (CEMAC) en Agosto de 2010, paso previo y obligatorio para presentar demanda.
No sólo no les pagan, sino que además rehúyen y escapan a la posibilidad de arreglar la situación legalmente, mediante el burdo gesto de no presentarse, de “desaparecer” de Huelva. Con tantas filiaciones con empresas importantes que tenía el periódico, ¿quién habrá sido capaz de dejar a los periodistas en la estacada? ¿Quién era el responsable de Publicaciones Huelva S.A, a su vez relacionada con Unidad Editorial, editora de El Mundo? Pues agárrense a sus asientos, damos y cabelleras, porque el responsable de la editorial prevaricadora no era otro que ¡Antonio Ponce! ¡El hombre del jabalí!
Antonio Ponce, pues, natural de La Puebla de Guzmán, usuario del tafetán y la escopeta, además de abandonar la Peugeot y condenar a sus respectivos trabajadores a la calle, hace lo propio con Publicaciones Huelva, la que tan bien sus espaldas cubrió cuando necesitó silencio respecto a sus descalabros. Nadie confiaría en un médico que dejase morir a la mitad de sus pacientes, ni tendría futuro un arquitecto cuyas construcciones se desvaneciesen solas, ni un abogado empeñado en encerrar a personas inocentes, ni un bombero pirómano, y sin embargo Antonio Ponce, no sólo hórrido negociante sino también delincuente, ostenta el cargo de “Presidente de la Federación Onubense de Empresarios (FOE)”. Si un chaval que quiere ser futbolista pretende imitar a Ronaldo o a Messi, si un periodista en ciernes encuentra en Iñaki Gabilondo su modelo a seguir o un escritor novel en Saramago, el ejemplo para los empresarios de Huelva y provincia es Antonio Ponce, el que los preside a todos, quien les señala el camino. Sobre esta paradoja tan auténtica, la empresa editora de El Mundo, relacionada con Publicaciones Huelva S.A publicó lo siguiente:
“Volvemos a lamentar que Unidad Editorial se asocie con empresarios ajenos al mundo de la comunicación que han acabado con el cierre de periódicos, como ocurrió con La Gaceta de Canarias y con El Mundo de Almería.
Los responsables de Unidad Editorial han intentado en varias ocasiones que Antonio Ponce plantee una salida al problema, pero no han tenido respuesta. Ante esa actitud, el Comité pide a Unidad Editorial que busque una solución para esos trabajadores y no mantenga negocios con un empresario que ha demostrado que no puede ser llamado así, aunque presida a los de toda la provincia.”
¿Acaso en Huelva no hay más medios que publiquen lo sucedido? Hay más medios, pero no publican lo sucedido. No porque Antonio Ponce, presidente de la FOE, el hombre que admite en público que “las elevadas tasas de cáncer en Huelva no son producto de las fábricas sino de los hábitos de consumo”, el hombre que ve absolutamente necesario construir un aeropuerto en la capital de provincia más pequeña de Andalucía, que además se encuentra a menos de una hora del aeropuerto de Faro y una hora del de Sevilla, ese hombre de ideas renovadoras e incansable prurito tiene un convenio firmado con AENOR, entidad encargada de dar la AAI (Autorización Ambiental Integrada) a las empresas químicas de la ciudad, y éstas, a su vez, agrupadas en la AIQB (Asociación de Industrias Químicas Básicas)tienen un convenio con la FOE, que se encarga de representarlas en los medios de comunicación, de las “relaciones institucionales entre las distintas fábricas que componen el polo y los medios de comunicación”. Sencillo: La FOE organiza convenios con las empresas que representa (AIQB) y los medios de comunicación, convenios publicitarios, de manera que podemos detectar la friolera de “112 horas de publicidad de las empresas del Polo Químico en los medios de comunicación locales, un total de 20 patrocinios de secciones y programa en prensa, radio y televisión”. Además de eso, posibilita que empresas contaminantes se instalen en nuestra ciudad, porque, recordemos, Antonio Ponce es amigo de AENOR, quien soluciona la emisión de autorizaciones derivadas del impacto medioambiental que producen las químicas (teniendo en cuenta que los pulmones y las gargantas humanas también son medio ambiente).
Ocuparía otro capítulo enorme la relación de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento con todo este meollo (lo digo por si habéis echado en falta que insulte a algún político, todo se andará). Ya es tarde, y para haber tardado tanto en volver a escribir, estimo que ya está bien por hoy. No hay literatura ni poesía, pero es que conforme escribía, las formas líricas del lenguaje, la belleza de las cosas, perdían sus escaños en el texto. Volverán, imagino, las oscuras golondrinas, a reír la primavera, volverás a tu pueblo y a tu higuera, a esperarme desnuda en la cocina…. En fin, ya estoy otra vez divagando. Como ustedes, a quienes me dirijo.